El negocio inmobiliaria es una venta consultiva, pero a la final es una gestión de venta en la que, la conocida rueda de los procesos de contacto, servicio y cierre de toda gestión de venta, se repiten una y otra vez… una y otra vez… y una y otra vez…hasta lograr satisfacer los requerimientos del cliente que nos contratan nuestros servicios bien sea para la compra o la venta de su propiedad. En este sentido, un profesional inmobiliario no solo tiene las actitudes y el carácter personal para lograr prestar este servicio con honestidad y dedicación, sino que se afana en mejorar sus servicios a través de su capacitación continua para obtener la pericia suficiente y el desarrollo de las siete destrezas de un profesional de las ventas consultivas, que tanto demandan y se merecen nuestros clientes, y en consecuencia ganar nuestras merecidas utilidades.
No nos cansamos de repetir, que la capacitación es el arma más poderosa que tenemos los que ejercemos este noble negocio para lograr estos objetivos. En estos tiempos que corren, no solo nos conformamos con nuestras características personales o actitudes en esfuerzo, paciencia y dedicación. Los profesionales inmobiliarios entendimos hace rato, que no vendemos un tangible como son las casas, apartamentos, o terrenos; que los profesionales inmobiliarios vendemos un intangible que solo se hace tocable con nuestros servicios dedicados en todas y cada una de las acciones que se requieren para vender, comprar o alquilar un inmueble y que van más allá de solo buscar a un cliente comprador o vendedor; sino también de manejar, traducir y comunicar los sentimientos de cada uno de los participantes en el negocio, así como de conocer todas las gestiones hasta el cierre para minimizar problemas y molestias a los vendedores o compradores de inmuebles, que son muchas por cierto las que pueden presentarse hacia el camino del éxito definitivo en este tipo de negocio.
Es aquí cuando entonces aparece un “homo producto vendedor inmobiliario”, bien formado y orientado al logro del objetivo para satisfacer a sus clientes, quienes nos prefiere y nos contrata porque no conocen nada o no suficientemente del tema concerniente a estas gestiones, sino que prefiere además, dedicar su tiempo a sus propios objetivos personales, laborales o comerciales y desean hacerse de tomar de la mano a un profesional de las ventas inmobiliarias, para que trabajemos por y para ellos, conduciendolos por el camino del éxito en la negociación. Mucha responsabilidad y trabajo es el que enfrentamos los profesionales de las ventas inmobiliarias al prestar nuestros servicios a un cliente, en el compromiso de cuidar y proteger su patrimonio, por ellos debemos estar capacitados, informados día a día y al tanto de cada tendencia, cambios o detalle del mercado, para ofrecer una excelente asesoría a nuestros clientes.
El negocio inmobiliario no es una pura gestión de ventas de dame y toma…En síntesis, el negocio inmobiliario es una gestión de venta, pero una gestión de venta consultiva de alto nivel; en donde aquellos que se capaciten y se pongan al día con todos los cambios vertiginosos al que está sometido este mercado a nivel mundial, podrán ser los líderes referenciales en cada una de sus zonas activas, sea cual sea la situación y el escenario histórico que rodee su mercado.
Además de la comisión, no hay cosa más gratificante cuando un cliente satisfecho nos impone o nos llama por cualquiera que sea de estos dos adjetivos posesivos al momento de referirse a nosotros y/o de recomendarnos con otros clientes. Bien sea me llamen como mi vendedor o mi consultor inmobiliario ¡Para mí siempre es un honor y orgullo oír, que se refieren a mí con cualquiera de los dos!