
Los venezolanos siempre han sido inversionistas de propiedades...Desde que estoy en el negocio inmobiliario, he observado la buena disposición de los venezolanos en preservar y hacer crecer su capital a través de las inversiones inmobiliarias; no solo por una práctica para llenar sus requerimientos de espacios para vivir o realizar su actividad comercial, sino que han acogido acertadamente a las inversiones inmobiliarias como una excelente manera de ahorrar en una forma inteligente, bien sea a través de sabio conocimiento o de atinada intuición, reconocen que comprar un ladrillo “vale más en su peso” y se revaloriza mejor en el tiempo, que cualquier porcentaje que obtengan sobre una tasa bancaria nacional o internacional.
Los inversionistas venezolanos invierten en propiedades por dos razones:
1.- Como inversión capital, como ahorros destinados para habitar o revalorizar en el tiempo y que van a conformar el patrimonio de la empresa o de la familia.
2.- Como inversión de rentabilidad: por la compra de propiedades que van a representar un flujo de caja para la empresa, una entrada adicional para el presupuesto familiar o un plan de pensión o jubilación para el retiro, producto de una renta.
Pero sea cual sea sus razones, lo que si verdaderamente los venezolanos tienen en cuenta a la hora de ahorrar, es que la mejor forma de hacerlo, es invertir en propiedades. El inversionista venezolano conoce que invirtiendo en propiedades, ponen a trabajar pasivamente el dinero, los protege contra la inflación o contra cualquier eventualidad que impacte a la economía y a la banca, situaciones a las que ningún país escapa y que por ellos ya es conocido a través de la historia en el tapete mundial. El inversionista venezolano es informado, osado y atrevido en las inversiones nacionales e internacionales.
La conclusión es que Venezuela, además de ser un país muy atractivo para ofrecer productos inmobiliarios de primer y segundo mercado internacional, también Venezuela es muy atractiva para que los venezolanos realicemos inversiones en nuestro propio país y no perdamos de vista las ofertas inmobiliarias en los momentos de vacas flacas.
La razón de esta recomendación es muy contundente: poner en la mira la revalorización de los inmuebles cuando se presente la escases de ofertas de inmuebles y de nuevas construcciones, conocida y tan habitual en los momentos de vacas gordas y de alta actividad inmobiliaria en Venezuela, preparándonos para llenar los requerimientos de compra y de alquiler, de un mercado de clientes, que por tradición piensa “que no hay moneda más cobarde, que la que se queda guardada en el banco”.