En el #negocioinmobiliario como venta consultiva de alto nivel, la confianza y credibilidad en nuestros servicios, son la base para fundamentar una buena cartera de clientes y el principio clave de nuestros cierres comerciales.
Si como comercializadora de propiedades inmobiliarias, me preguntan cuál es mi visión y misión de empresa, contestaría inmediatamente que mi misión como empresa boutique, es prospectar nuevos clientes y retener los actuales, para construir una sólida cartera, que nos permita generar ingresos continuos a través de aportar soluciones a la medida a nuestros clientes con requerimientos en el área inmobiliaria… otros responderán que desean ser la empresa inmobiliaria más grande del país… o los que más inmuebles o asesores tiene… o cualquier otra expectativa empresarial. Y todos los sueños y aspiraciones ¡son válidos!
Pero pienso, que en donde todos coincidimos, es en nuestra visión, que es común en toda empresa inmobiliaria, y no es más que el deseo que los clientes, confíen desde el primer momento en nuestra experiencia y capacidades, para lograr nuestra misión de que se mantengan de por vida y nos refieran con otros clientes ¿Cierto? Si hay otra visión por favor déjenlas en el chat box abajo de este artículo 👇👇👇
La visión como empresa inmobiliaria, es que nuestros clientes confíen desde el principio en nosotros, en nuestra gestión y en nuestros servicios.
Ahora bien, en el entendido que las fases del ciclo del éxito en las ventas inmobiliarias (contacto o prospección, servicio y cierre) se compone del cuidado que le pongamos a cada ciclo (consultoría, instrucción al cliente sobre el servicio y las gestiones, motivación con información y fidelidad con la exclusiva, y el proceso de cierre). Todo este asunto comienza con el primer contacto o prospección y no se da o muere, si los clientes nos abandonan en el primer contacto.
Para que esto no suceda, aun nosotros teniendo mucha experiencia y profesionalismo; en el primer contacto, sea para el servicio al propietario en la captación o para el servicio al comprador en la visita inmobiliaria, tenemos solo unos pocos minutos para generar confianza y ganar autoridad ante nuestros clientes, para transmitir al interesado prospecto, que somos, la persona adecuada y su mejor elección para acompasarlo en la compra o alquiler de su próximo espacio, o para el alquiler o venta de su propiedad.
Nuestra apariencia debe estar acompasada con nuestra experiencia
En este artículo, no pretendemos criticar, juzgar, ni mucho menos dar consejos de moda sobre qué outfit define o no a un profesional de las ventas consultivas. Pero deseamos transmitir un concepto que nos apoya mucho para lograr el tan anhelado sí del vendedor o comprador, y es que toda autoridad no es algo real, es percibido, como lo expresa el Profesor Robert Cialdini en sus estudiosos de la psicología social de la persuasión , muy aplicadas hace tiempo en el marketing.
Es en este primer contacto con nuestros clientes, que tenemos un breve instante para “parecer” ante nuestros clientes, que, sí podemos “ser” lo que ellos requieren para obtener la mejor experiencia en la venta, compra o alquiler de su propiedad.
Y para generar credibilidad y confianza, en este primer contacto, debemos ofrecer el mejor contexto a nuestros prospectos potenciales. Claro que un ambiente ejecutivo de atención, conversación y modales de acuerdo a tu asesoría experta, son un excelente escenario, pero un error de contexto que puede ensombrecer lo anterior, es una inadecuada vestimenta y arreglo personal.
Sin pretender asumir cánones ni estereotipos ni encasillarnos en formas de vestir, ni porque deseamos ostentar, sino entender que mucho tiene que ver con nuestro público objetivo
Por ejemplo, si tu nicho es entre clientes atletas y deportistas, lo más apropiado no es precisamente ir a este primer contacto de traje de oficina. Así como si vas a presentarte ante la realeza, lo más propio es llevar sombrero (sin usar tiara como lo hace la hermosa Victoria Beckham con su simpáticos tocados para presentarse ante la Reina Isabel), o en nuestro caso, que en muchos años vendimos proyectos primarios, era casi insostenible ir de medias de nylon y zapatos altos como lo exigía el protocolo ejecutivo de los años 90'. Pero si hay ciertas normas de etiqueta que debemos observar.
Recuerda que, aunque estemos muy seguros y confiados de nuestra capacidad y conocimientos, nuestro potencial cliente no nos conoce y que cada uno tiene una percepción de la realidad, según el contexto que se le ofrezca.
¡Hasta la próxima y muchas ventas!
Comments