A mayor contacto, mejores ventas…Y esto lo demanda a viva voz el mismo mercado con relación a nuestras gestiones en el área inmobiliaria, que agarrados de la mano de maravillosas herramientas tecnológicas que nos ofrece esta era, podemos magnificar nuestras entradas.

Ya se acabaron esos días, en donde en otros tiempos los únicos recurso que teníamos a mano, eran el tan codiciado fichero de clientes y los clasificados en prensa. Ahora tenemos una cantidad de recursos para potencializar nuestras ventas como: páginas especializadas en Internet, redes sociales y base de datos con direcciones electrónicas construidas a lo largo de nuestra trayectoria. Pero lo más importantes es que el “homo producto vendedor” se está adaptando y adquiriendo nuevos conocimientos de cómo hacer negocios en nuestra era.

Siempre hemos sabido que el mejor negocio inmobiliario es el negocio que se realiza a través de “compartir puntas”, con colegas que trabajan con los mismo conocimiento, identidad en ética y formación en las normas que rigen el negocio a nivel mundial, pero es en este momento que verdaderamente hemos podido echar mano de este valioso recurso.

Bien sea una oficina o un profesional independiente podemos compartir nuestros listados de propiedades entre un grupo de corredores y producir las ventas al menor tiempo posible. Nuestro deber es agruparnos entre profesionales del área sintiéndonos en confianza con los que conforman cada red. Sin importar, en donde estén prestando sus servicios o bajo que modelos o sistemas lo estén prestando, porque en definitiva, hay muchas formas efectivas de producir en este negocio inmobiliario y cada cual se amolda a una forma o se enviste de una marca de su preferencia, debemos hacerlo bajo un pleno conocimientos de las reglas del juego en esta actividad del “share”, con una trabajo organizado que traerá como consecuencia y resultado de estas alianzas, prestar mejor servicio tanto a nuestros clientes compradores como a nuestros clientes vendedores.